Diarios de una motocicleta 1 – Paksé loop

Nuestro siguiente destino era solo para alquilar una moto, concretamente en Paksé, encontramos una habitación relación calidad-precio excelente por 60.000Kips, y nos fuimos al día siguiente hasta la ruta cafetera (hay que decir que estuvimos a punto de comprarnos una moto por 250 dolares, pero la historia del vendedor no nos convenció, demasiadas reparaciones y ademas habíamos visto la moto anunciada. En un mes había pasado por tres manos). Nuestro primer destino, Tad Lo, un pueblo a 90 km de Paksé.

Los paisajes son preciosos, ríos, puentes, casas de madera, casas de paja, techos de palmera, sombreros, puestos de comida, mercados, hacemos kilómetros y kilómetros y no nos cansamos de ver lo mismo, paramos a comer cuando nos apetece, Alejandro se deja la bolsa 30 km atrás, volvemos y la señora se esta descojonando de nosotros, volvemos a emprender la marcha, ya no son 90 km sino 150km los que nos hemos cascado, paramos otra vez, esta vez porque Serena tenia hambre (excusa perfecta para bajarse 15min de la moto), y después de muchos pueblos, muchos niños, muchas paradas de sandias llegamos a un pueblito donde compramos una especie de buñuelos rellenos de coco espectaculares, preguntamos, nos indican y 5min más tarde ya estamos en el pueblo de Tad Lo, un pueblecito super auténtico, donde los cerdos se mezclan con las vacas, las cabras, los bueyes, las gallinas, los patos, los perros, los gatos, los niños, los ancianos, enfrente del río. Encontramos unos bungalows super bonitos por 40.000Kips (5 euros) y allí nos quedamos, aparcamos la moto, nos duchamos y a ver el pueblito que en 5min lo has cruzado. Compramos un agua, intentamos comprar un coco y casi se va la señora hasta el mercado de los dulces si no la frenamos jejejejeje. La gente cuando sales de las urbes, es encantadora. Muchas veces tenemos la sensación y nos encanta que muchos turistas, tienen miedo a consumir productos en la calle, ya sea por las condiciones del producto, por el hielo, por el polvo, y se quedan en sus hotelitos monos (totalmente respetable), pero para nosotros, una de las cosas mas bonitas del  viajar es eso, probar, compartir (aunque no nos entendemos con el idioma), sonreír, tocarse y despedirse con una sonrisa, por eso aunque te encuentres compañeros de viaje, no los ves realmente en muchos lugares. En los mercados, fuera de los conocidos en las guías, no ves a casi nadie, por eso hace que cada día sea único. Por la tarde los pueblos se llenan de vida, los niños juegan en el río, en la calle, las mujeres se bañan justo antes de anochecer con sus túnicas para ocultar sus tesoros, es la mejor hora si no fuese porque un regimiento de mosquitos sale al acecho de sangre fresca. Decidimos hacer una sola noche aunque da para estar al menos dos o tres, pero en este momento del viaje, vamos un poco mas deprisa, porque nos van a visitar los padres de Serena.IMG_4023 El segundo día del eje cafetero nos vamos a Salavan sin saber muy bien porque, bueno porque tenemos un mapita y nos pensamos que todo sera igual que Tad Lo y no es así, bueno hasta llegar Salavan (muy cerquita de Vietnam) todo es precioso, pero justo a la entrada del pueblo ves un concesionario enorme de coches, ya sabes que no te va a gustar. Serena aprovecha para pintarse las uñas y continuamos. Hay que deshacer parte del camino, cosa que nos encanta debido a la belleza del lugar. Como curiosidad, la gente con algo mas de recursos, se hace las casas de madera y con una gran altura. A medida que evolucionan, la parte de abajo las acaban de obra, que suelen utilizar para almacén, tienda, garaje, todo a la vez y de esta forma, la casa tiene mucha mas estabilidad.
Siguiente destino, Sengon a unos 100km de Salavan. Hay que decir que ese día habíamos madrugado, por lo que sobre las 10 de la mañana, llegamos a mitad de camino, concretamente a Thateng donde aprovechamos para comernos una baguette de tocino, pepino, lechuga, pate untado y pate (pescado tipo jamón dulce en lo que a textura se refiere) y luego otra jejejeje. Nunca pedimos dos de golpe por si no nos gusta, vemos como unas verduleras se pelean con unas vacas que estan comiendo de la basura demasiado cerca de sus paradas y emprendemos la marcha de nuevo.IMG_4030Los paisajes siguen siendo increibles, y la calor empieza a apretar de lo lindo. La intencion era hacer noche en Sengon pero tampoco nos gusta y decidimos pararnos en las cascadas de Tedket ( la zona esta llena de cascadas, pero no estamos en la mejor época, poquita agua). Consideramos que a cualquier chorrillo hoy en día lo llaman cascadas y proponemos que haya diferentes denominaciones para saltos de agua, es decir para saltos inferiores a 20 metros, podrían denominarse chorrillo o mini cascada y asi sucesivamente. Estamos con unos 20 turistas mas pero como a 200 metros, justo al otro lado del río, nos gusta estar solos, nos hace sentir que estamos en un lugar único sin nadie mas, aunque también es porque la gente se queda justo donde están las cascada y muchas veces a 100 metros esta mejor, pero nadie va, mejor para nosotros.


Después de pasar un buen rato y ver a un pescador como pescaba, hacer un poema para el 60 aniversario del padre de Serena y descansar, seguimos nuestro camino hasta Ban Lat donde esperábamos encontrar alojamiento. En el camino habían mas cascadas pero con una al día ya tenemos suficiente. Para nuestra sorpresa, no hay alojamiento en Ban Lat, por lo que decidimos hacer una paradita para descansar y comer algo. Ya llevamos entre pecho y espalda la friolera de 220 km encima de la moto y todavía nos quedan otros 70 hasta Pakson (35 km antes hay otra aldea que también esperamos encontrar alojamiento pero tampoco lo vemos). La primera parte de la carretera esta en obras y entre polvo, piedras, subidas y bajadas se hace un poquito duro el camino. Por suerte, la segunda parte es muy buena y conseguimos llegar justo antes de anochecer, exhaustos, a este pueblo que ni fu ni fa, excepto por el mercado.

Visitamos el mercado por la mañana, nos comimos una especie de butifarras que hacen muy buenas, cafetito, unos dulces muy ricos que la señora nos regalo uno la segunda vez que fuimos y seguimos hacia las siguientes cascadas. Hay que decir que estas son muy bonitas, ademas como habíamos madrugado, estábamos solos con unos niños con gafas de buceo que se dedicaban a pescar pescaditos pequeños con un arpón muy rudimentario pero efectivo y caracoles. Iban y venían corriendo por las rocas descalzos como si andarán por tierra firme. Decidimos adentrarnos un poco mas y descubrimos que ademas de pescarlos, habían hecho un fuego y los cocinaban allí mismo, o mejor dicho, los ahumaban porque solo tenían un palo humeante, pero como eran tan pequeños se cocinaban muy rapido. Al adentrarnos esos 20 metros, hizo que viésemos otras cascadas y a la vez se veían las primeras. Después de bañarnos y estar un par de horas decidimos irnos y al volver a recorrer esos 20 metros nos dimos cuenta que habían llegado como otros 20 turistas, que desde donde estábamos ni se veían ni se oían. Sin pensarlo se nos puso una sonrisa en la cara, seguíamos estando en sitios turísticos pero sin nadie mas.

Seguimos hacia Paksé para recoger las maletas, tomarnos un batido y seguir hasta Champasak, un pueblo-calle porque todo transcurre en una calle de unos 6 km de largo a orillas del Mekong. Con las mochilas ya no era tan fácil conducir, una bolsa delante, una mochila en las piernas de Alejandro y otra mochila en la espalda de Serena. La verdad es que los astros están de nuestra parte, llegamos sin problema alguno. Nos encontramos un peaje y que hicimos, pues hacer lo mismo que los locales y pasar por al lado, si ellos no pagan, nosotros tampoco. Nos alojamos en Champa Guest House por 50.000 kips  que estaba entre el Mekong y un templo precioso, la habitación super bien con una terracita muy amplia y cómoda. Hay que decir que también tiene habitaciones por 100000 con aire y mas amplias, pero nuestro presupuesto es el que es. La carta del lugar es la misma que la del restaurante de al lado, pero inflado para turistas, de hecho ya nos parecido caro el de al lado pero cuando nos íbamos, la señora nos dijo que restaremos 5000 kips a cada plato, verlo para creerlo. Nos zampamos unos noodles buenísimos y una cervecita helado que entro como agua, el día ya no daba para mas.
Decidimos que visitaríamos el templo (lo único turístico) por la tarde ya que durante el día el calor es sofocante. Desayunamos en un local familiar donde nos dieron una especie de licor de hierbas casero que se estaba tomando la familia a las 8 de la mañana, esto es Laos.
Descanso el resto del día hasta que apretó el hambre y encontramos una señora que hacia unos bocatas dignos de recordar y cuando la calor disminuyo nos fuimos al templo. Lo fácil hubiese sido seguir la carretera a la izquierda, asfaltada, segura, bonita, pero no, nos fuimos por otra que también era bonita, pero nos llenamos de polvo hasta las cejas, eso si pasamos un buen momento. Serena entro en el templo, a mi me pareció un poco excesivo pagar lo mismo que por dormir, así que me dedique a recorrer los alrededores, viendo un par de templos destrozados, haciendo un pequeño trekking alrededor del templo principal a ver si me podía colar, viendo la laguna y poca cosa mas hasta recoger a Serena.


La cena de ese día la haríamos en la habitación a base de comida de calle y una cervecita helada. Lo que eligió Serena eran unas verduritas muy buenas pero igual de picante, y como era de noche se comió un chili que me hizo pasar un buen rato viendo el espectáculo posterior a la ingesta del mismo, como se agobiaba porque era ardor bucal lo que sentía jejejejeje. Lo mio era un pescadito que hizo que poco a poco fuesen apareciendo gatos, hasta 5 se alimentaron con las espinas del anfibio. A dormir como las gallinas porque madrugabamos, teníamos que devolver la moto y tomar un bus hacia Thakek. Eso hicimos, poniendo 2000 kips al cambio 0,25 eurosque el gasolinero no me quería poner, pero solo tienes que hacer el gesto de cerrar el deposito y automáticamente piensan en el mas vale pájaro en mano que ciento volando. Devolvimos la moto, contratamos un tuk tuk hacia la estación para tomar un bus local que nos ahorrábamos 40000 kips entre los dos, 5 euros al cambio, se nos estampó una moto en el remolque, cierto es que iba demasiado rápido, pero es que nosotros estábamos literalmente en medio de la calle del sentido contrario (exagerando un poco como si en la diagonal, de repente quieres cruzar al otro lado, tienes muchos números de acabar muerto o algo parecido)  timamos al tuktukero o eso decía, Serena negoció 20 y luego quería 30, al final le pagamos 20, la ventaja de llevar suelto. Mas que justo por 5min. de trayecto.

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