Rishikesh, nuestro hogar

DSCN1090Siguiente destino Rishikesh, donde nos encontramos con Mukesh un amigo de Germma, amiga que conocimos en Chile. Nada mas llegar, nos parece un autentico caos, de hecho es la ciudad mas grande donde hemos estado. Llegamos a casa de Mukesh, que desconocía que fuésemos a visitarlo, nos presentamos como amigos de Gemma y automáticamente le cambia la cara. Ha estado enfermo y la energía de Gemma le llena.  Comemos con el y nos empezamos a conocer. Es un hombre increíble, solo sentarte a su lado es como calmarse al instante. Nos explica que no sabe ni leer ni escribir y que se guía por su olfato para con la gente. Viene de una familia de carpinteros, y se ha especializado en Didgeridoo, un instrumento de viento, inventando por los aborígenes australinaso, de madera, que al tocarlo simboliza el sonido de los animales y ayuda para el Pranayama (respiración). DSCN1104Nos explica también que tiene un terreno en la montaña, y la manera en que lo explica nos apetece mucho ir a verlo.
Despues de comer nos despedimos (nos veremos muchas veces mas), vamos a conocer a Santosi, lugar donde nos quedaremos a dormir también recomendado por Gemma. Lugar sencillo con cocina, terraza maravillosa y al lado del río Ganga.
El lugar es un barrio que tiene de todo y cada día vas conociendo y descubriendo, te haces con los vecinos, saben quien eres, te saludan los niños (los adultos son mas vergonzosos y reservados), disfrutas de un te, compras leche, queso, lassi (yoghurt batido muy rico), unas galletas, arroz, lentejas, verduras y cada vez que vuelves se alegran de haberte fidelizado.

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Al decidirnos quedarnos mas tiempo en Rishikesh, nos ha permitido visitar constantemente a Mukesh, disfrutar de su compañía, pasear, quedarnos inmóviles en el Ganga, compartir nuestras energias, visitar el terreno de Mukesh junto con un amigo suyo y uno de sus hijos. El lugar tiene vistas espectaculares a Rishikesh y la temperatura es fresca,  a el le da una energía vital, le abre el apetito y se le ilumina la cara. Solo estuvimos una noche y le regalamos dos botellas de ron que el antiguo dueño de la furgoneta nos dejo en herencia. Entre este amigo y el dueño del lugar donde dormimos se las pimplaron en un par de horas mezclado con agua. Menudo saque que tienen los indios.

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Mukesh se olvido la llave de las herramientas para poder plantar sus plantitas y su bambú y nos va bien porque empezamos un curso de yoga.

– ¿Yoga?. Os preguntaréis. – Si, si. Como suena.

En nuestro caso nos adentramos al Yoga Iyengar, pero antes de saber lo qué era, para nosotros solo había una clase de Yoga, la cual consistía en una serie de ejercicios para tener una mejor condición física. Después nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos, es un concepto mucho más amplio, el cual más bien se refiere a un estado, al estado de Yoga, y la técnica Iyengar es una disciplina en la cual el hombre se esfuerza para llegar a este  estado. Según el hinduismo, toda técnica, practicada con asiduidad y esfuerzo, ya sea el yoga del arte, el yoga de la ciencia, del amor, de la meditación, etc…te puede conducir a un nivel superior de conciencia.

Nosotros nos enfocamos al Iyenga-Yoga despues de conocer al maestro Divyanna y nos hablara del gran Gurú Swamiji Rudra del Yoga Study Center en Rishikesh. Acabados de hacer el retiro de meditación Vipassana, seguíamos bajo los efectos de esta técnica y el Yoga es una práctica que liga muy bien. Además nos encontrábamos en la misma ciudad, la cuna del Yoga desde que los Beatles estuvieron allí en los 70’s. Parecía que todo estaba preparado para que le diéramos una oportunidad, las cosas hay que experimentarlas para saber como son en realidad. Todo hay que decirlo, la primera clase fué muy desalentadora, no entendimos una palabra de lo que explicaba el profesor con su Hindinglish, sin corregirte las posturas y con unos jeroglíficos en la pizarra que parecían encriptados. Eso también forma parte del proceso de aprendizaje, nuestra mente occidental debe dejar de lado el razonamiento, las preguntas y respuestas constantes (Por qué?, Cómo?, Cuando?) y los resultados inmediatos, para dar paso a la observación y después a la capacidad de sentirse a uno mismo. Cuesta de entender, pero las respuestas las tenemos nosotros mismos y los límites se los crea uno solo. Es por eso que no quisimos tirar la toalla, y seguir la metodología India, sabiendo que estábamos en manos de un auténtico yogui, y uno de los mejores en esta especialidad, Swamiji Rudra. Parece ser que el yoga ha cambiado la vida de muchas personas, entre otras la de nuestro amigo Divyanan, una vez lo conoces no quieres saber nada más de otras modalidades de yoga o de maestros. Así fue como terminamos quedándonos en vez de 3 dias, 3 semanas, durante las cuales los beneficios no tardaron en llegar.
Dentro del curso, hemos caído en gracia al Swamiji Rudra y decide que vamos a hacer una excursión en medio del curso de un par de días. Esto nos permite conocer mas a un autentico Yogui, compartir tiempo con el, ver sus costumbres, ver que nos hace pagar por unos mangos 100 RS por kilo que nosotros no lo hubiésemos pagado ni borrachos jejejejejejejeje, pero al maestro no se le puede llevar la contraria. A parte hay que tener mucho cuidado porque los vendedores a la que te despistas, te la endiñan.vamos como alli jejejejeje porque los fruteros de la alli son igualitos, nada nuevo vamos.
Llegamos al primer lugar, un lago sagrado que esta cercado, donde los hombres nos bañamos y posteriormente todos dimos la vuelta al mismo, conocimos a un hombre de 101 años y disfrutamos junto a Saquet (un indio muy majo de Calcuta) y Nataraja asistente de Swamiji Rudra.

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Hicimos yoga con el, en un Ashram (monasterio que te puedes quedar a dormir y comer y normalmente pagas la voluntad), visitamos unos templos donde tienen arboles milenarios y donde estaban las pisadas de Shiva.
Visitamos el planetario, y fue muy divertido ver a Swamiji disfrutar de su peso en los diferentes planetas.
De regreso a casa paramos en un Ashram que Swamiji ya había estado hace 20 años. Salio indignado que en un lugar tan espiritual como ese no enseñaran yoga.
De vuelta, tuvimos una anécdota muy divertida, Serena y Saquet llevaban hablando como una hora, filosofando sobre Dios, la vida y otros temas, y Swamiji se gira y le pregunto a Saquet como era posible que pudiese estar tanto tiempo hablando, la cantidad de energía gastada jejejejeje.
Al día siguiente pasamos cuentas y todos coincidimos en que el organizador se había lucrado a nuestra costa, pero que ya tendría su karma jejejeje.

Ademas tuvimos tiempo de visitar el Ashram de los Beatles, aprender a cocinar con Santosi, hacer un salón de belleza con la hija de Santosi, aprender a tocar el Didgeridoo,etc.

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Acabamos el curso de yoga, nos despedimos de Divyanan y Tutu con una comida en un lugar muy lujoso. Saquet también nos acompaÑo y le dio buenos consejos a Tutu para ir a Europa. Tambien nos despedimos de Emili y Angels, y con ellos seguro que nos vemos en Octubre.

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