Después de tener todo en orden nos fuimos dirección a Sankriz, lugar de entrada al parque nacional de Gobierno donde nos hacen pagar 6 veces mas que a los indios y el doble por la furgoneta, cosa que nos negamos porque el coche es indio, a lo que conseguimos una rebaja después del calentón de pagar de mas. Fallo nuestro no preguntar por el estado de las carreteras (en india si no preguntas, no esperes que alguien tenga la iniciativa de decirte si puedes o no puedes hacerlo) y nos encontramos con una de las peores carreteras que nos hemos encontrado, y la pobre furgoneta sufrió de lo lindo.
Nos quedamos atascados en una cascada y nuestra suerte fue que detrás venia un jeep y no tenia otra opción que ayudarnos si quería pasar, así que todos a empujar.
Pero la cosa no quedo ahí, después de poder pasar se espero porque era consciente que no avanzariamos demasiado si no nos volvían a ayudar, así que un inspector de hoteles, tomo la iniciativa de pedirle a uno de los chicos que conduciera hasta arriba, y todo fue genial hasta que cruzamos una segunda cascada (nuestra furgoneta, cuando hay mucha agua se para y no deja arrancar hasta tres minutos después cuando ha expulsado el agua sobrante) y allí vuelta a empujar. Finalmente llegamos al pueblo de Taluka y dejamos la furgoneta en la casa del gobierno por 20Rs al día (nos pedían 50) y a empezar a andar se ha dicho.
El primer día hicimos Taluka-Seema, 14 km de subida moderada, parando también en un publico de unas 200 personas sin ningún tipo de servicios pero muy recomendable.
En Seema no hay nada a parte de una casa del gobierno que da miedo, un restaurante en frente y otro al lado.
Nos quedaba la parte mas dura pero la recompensavalió la pena, las vistas eran espectaculares, el día acompañaba. Comimos en la cima y conocimos a un checo que nos recomendó en Osla una Home Stay para quedarse. Las recomendaciones valieron la pena, casa, comida y pueblo son para quedarse una semana petrificado sin hacer demasiado mas que conocer sus costumbres. De vuelta aTaluka donde contratamos a unchofer para que nos llevase de vuelta.
Esa noche dormimos al lado del río, haciendo autentico camping. Los indios se sorprenden mucho de ver a dos blancos con esta furgoneta, piensan que por el simple hecho de ser blancos de piel hemos de tener dinero, ademas ellos no tienen costumbre de dormir en medio de la nada.
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