Después de dos meses en India y después de ver la furgoneta de Ronen, se volvió a activar la idea de comprar un vehículo para poder desplazarnos. Nosotros, nos fuimos dirección a Uttarkashi a 345 km de Shimla haciendo parada en un lugar tranquilo para dormir en la furgoneta cerca de Nahan
Al día siguiente tuvimos un pinchazo. Los indios como son tan curiosos, tomaron las riendas y entre todos nos cambiaron la rueda. Paramos por cosas del destino en un hotel de carretera donde pudimos ducharnos y cenar tranquilo. Al lado estaba ubicado un Ashram de Amma la mujer abrazos donde conocimos a Divyanan, un gallego profesor de yoga que esta planeando casarse con una chica india al modo tradicional.
Con Divyananl esta Himanchu, un ex monje durante 27 años que esta en un momento de cambios y a la vez hace de intermediario entre Divyanan y el padre de la futura esposa.
Después de volver a pinchar dos veces mas tomamos la decisión de comprar ruedas nuevas e ir a Gangotri, uno de los lugares sagrados del hinduismo junto con Divyanan e Himanchu. Llegamos a Gangotri, ciudad por donde pasa el Ganga, esta vez libre de contaminación, donde te encuentras muchos Babas o Sadus (persona que lo deja todo para encontrar la iluminación y nunca sabes si son auténticos o no). Decidimos hacer el trekking hasta el nacimiento del Ganga, en los glaciares de Gomuk, junto con Cristobal. Se hizo duro pero finalmente llegamos a nuestro Ashram a 5 km de los glaciares y por 300Rs nos dieron de dormir, comer, cenar y desayunar. Un lugar muy autentico donde comes en el suelo y bendicen la comida con unos mantras antes de empezar.
Estuvimos dos noches y pudimos hacer una puja (ritual/ofrenda) junto con dos babas, asi como caminar con ellos y ver como era hacer una peregrinación con auténticos hindúes, no solo con turistas como nosotros.
Estuvo muy divertido porque con Divyanan teníamos diferentes puntos de vista y estados físicos, por lo que pasamos grandes momentos.
De vuelta a Gangotri, nos reunimos con Himanchu, comentamos la peregrinación, nos duchamos y nos despedimos como hasta luego, ya que después de nuestro retiro de Vipassana en silencio, la idea es volver a Rishikesh.
Esa noche nos hospedamos en un Ashram recomendado por Himanchu, pero antes de llegar tuvimos un pinchazo y problemas con la batería, que de repente no encendía. Tocando, tocando salieron chispas y pudimos arrancar pero se iba parando a cada rato quedándonos sin luces en medio de la oscuridad, algo tremendamente peligroso. Finalmente pudimos llegar, cenar y alojarnos. Al día siguiente un buen amigo de Himanchu nos acompaño a hacer las gestiones oportunas para arreglar la batería, el pinchazo y hacer un nuevo seguro para la furgoneta, aunque ya nos había advertido Himanchu que por un par de días sin seguro no pasaba nada, nuestra mentalidad de intentar hacer las cosas bien hechas no ha cambiado y solo pensar en tener un percance sin seguro nos aterraba, así que hicimos el seguro.
Al día siguiente fuimos a buscar el seguro pensando que ya estaría y la respuesta del de la agencia fue que no tenia Internet, por lo que tuvimos que esperarnos otra hora mas hasta conseguir el ansiado seguro. Las cosas en India son shanti shanti, sin estrés alguno.