Después de dejar Honduras, tomamos un bus que iba directo hasta la frontera con Mexico. De hecho viaja desde Costa Rica a Mexico y se llama Ticabus (la misma compania a la que Serena le lio un pollo justo saliendo de Costa Rica jejejeje, de hecho estabamos deseando no encontrarnos con el mismo chofer por temas obvios). Cruzamos todo el Salvador que no es muy grande y en el mismo bus en una parada, charlando con dos chicos pertanecientes a la familia Gonzalez, les preguntamos si nos podían orientar para alojarnos en Ciudad de Guatemala y ella nos dijo medio en broma que quizás en su casa. Al subir al bus, Alejandro, le dijo que en su casa estaríamos encantados de alojarnos, y ella habló con su mama y dicho y hecho.
Es increible como nos persigue una luz protectora durante todo el viaje, damos buen feeling a la gente y a la vez cuanto nos está enseñando las personas con las que nos encontramos, nos ofrecen su hogar sin pedir nada a cambio, bueno algo si, que nos acordemos de ellos y eso es tan facil, lo explicamos y contamos sobre esta familia a todo el mundo.
Resulta que estos dos chicos, pertenecen a una familia de nada más que 10 hermanos desde 9 hasta 30 si no recordamos mal, viven al lado de la terminal y son encantadores. Estuvimos charlando con toda la familia, fue muy bonito, todos tenian curiosidad por saber y los hermanos que llegaban a la casa, como que se sorprendian de que dos extraños estuviesen alli, pero duraba poco, enseguida empezabamos a charlar. Cuando nos enseñaron nuestra habitación, nos acompaño media familia, hasta que la matriarcada se puso seria y le dijo a todo el mundo que a dormir que nosotros estabamos cansados jajajajaja.
Una king king king size bed para nosotros solitos, dormimos como lirones. Por la mañana temprano, nos hicieron un city tour por el centro de la ciudad con dos de los hermanos Gonzalez, desayunamos con ellos, y pudimos ver que como otras veces, las ciudades de dia son mucho más tranquilas que lo que nos quieren vender, o a nosotros nos lo parece.
De vuelta a casa, la mama nos había preparado pancakes, frijoles, platanos fritos para que nos llevaramos, el viaje era largo. Llevabamos unas horas con ellos y eramos como dos hijos más, nos acompaño a la estación y nos pidio que no nos olvidaramos de ellos, algo imposible. Muchisimas gracias familia Gonzalez, nos habéis tratado como hijos y hemos aprendido mucho con ustedes.