Serena se queda de voluntaria en Cartagena de Indias

Al partir nos dimos un beso y un adiós, Alejandro se iba para Venezuela y yo me quedaba all alone en Santa Marta. Tenía pendiente hacerme unos chequeos rutinarios después de cumplir un año de viaje y las cosas de médicos, van despacio. Habíamos encontrado uno de los mejores hostels del viaje, el Masaya, pero nada es perfecto y el personal era muy incompetente,  cada vez que les pedías cualquier tipo de información, parecía que te hacían un favor. La ciudad no tiene ningún encanto, aunque después de pasar un tiempo en ella, te das cuenta que como en todos los sitios va cobrando vida a medida que la exploras: tomando tu Perico (un cortado para nosotros), cuando vas a comprar los jugos a solo 3000 COPS y cada día de un sabor distinto: zapote, guanábana, mora, etc… con la gente de Running Time Santa Marta, con el médico de cabecera, que si me voy a una expo de fotografía de Iván Trujillo o a tomarme una cerveza con Juan José, un crítico cultural  http://www.agendasamaria.org/wp/

Después de despedir a los Colombiches, el áurea catalana  me acompañó de cerca, primero con los amigos de Guisona junto a José D’amore, donde se creo un vínculo catalano-argentino que esperemos que se mantenga.
 Después con Mònica y Juny, que aunque solo compartimos poco tiempo y ellos quizá no lo saben, pero me fascinaron con el relato de sus aventuras, que después he podido seguir en su blog.

D’amore y los catalanes

Lo bueno que tiene Santa Marta es su ubicación, durante el tiempo que estuve allí me fui a pasar un dia a Taganga a 10 minutos en bus por 1400 COPS. Hay un caminito que puedes hacer andando por la costa hasta llegar a playa grande, también hay barcas que te llevan, y comprar 4 cojinúas por 2000 COPS sin intermediarios, a los pescadores que están pescando con red.

Recomiendo ir a pasar el día a Minca, a solo 40 minutos en taxi compartido o furgoneta, cuesta 7000 COPS y salen desde el mercado. Es un pueblo pequeño de la Sierra Nevada y está a    650m. sobre el nivel del mar. Una vez allí hay una caminata hasta Pozo Azul de unos 45 minutos donde te puedes dar un chapuzón en el agua helada que viene de las montañas, los domingos se llena de familias que van a pasar el día. Ese día conozco al Robinson Crusoe español,  un tipo que salió de Ibiza en barco cruzando el Atlántico hasta llegar a tierras sur americanas y lo iba a visitar de vez en cuando a la marina donde me cotaba sus aventuras marítimas, en una de ellas naufragó en las Islas de San Blas, en medio del caribe durante 15 días y a quien los mismos indígenas quienes le robaron  parte del barco, le dieron de comer y de beber hasta que vinieron a rescatarlo.

Aracataca es otro de los ‘parches’ (sitios en argot colombiano), a 1h y 45min desde la estación de autobuses de Santa Marta, el pasaje cuesta 10.000 COPS. Una visita obligada para los amantes de Gabriel García Márquez y de 100 años de soledad. Se puede visitar la casa museo, la estación de ferrocarril, la casa del telegrafista, la estatua de remedios la bella, la tumba de Melquíades, etc.  Tuve la suerte de unirme al grupo de unos chicos y chicas de unos 10 años que estaban de excursión y hice la visita guiada con ellos. De 10!

Después de 15 días y con los buenos resultados médicos, dije adiós a lo que había sido mi casa, pero sin ninguna pena, ya que no mantuve ningún tipo de empatía con los trabajadores del hostal Masaya. Cogí el shuttle puerta a puerta, Santa Marta a Cartagena por 40.000 COPS, en el barrio de Getsemaní.Me esperaba un nuevo capítulo, colaborar en la Fundación FEM http://femcolombia.weebly.com/. No sabía con qué me iba a encontrar y por suerte mía allí me esperaba un grupo humano y muy acogedor: Devin, voluntaria americana que llevaba 2 meses trabajando en la organización, Abby, otra voluntaria y amiga de Devin, que acababa de llegar el mismo dia que yo, Ricardo, trabajador de la fundación que hacía dos días que había llegado de Bogotá para dar un empujón y dar un vuelco a su entorno profesional, Mayra, trabajadora de FEM desde los inicios, encargada de alguno de los proyectos de la fundación, Hernán, the waterboy como le llamaban, estudiante en practicas que no se muy bien que es lo que hacia y el creo que tampoco….jajaja…pero muy entrañable, y finalmente Ana María y sus hijos Rosario y Rodrigo, una mujer dinámica, decisiva y con las cosas muy claras, que no se le resiste nada, y un pozo de sabiduría. Con ellos estuve todo un mes, trabajando y conviviendo, en seguida me sentí como en casa, con compañeros de apartamento y colaborando en el desarrollo de un proyecto  donde el turismo pueda ayudar a crear empleo y apoyar a los medios de vida en su paso por Cartagena, llamado Cartagena Insider https://twitter.com/CartagenaInside.

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Además, los martes, con Devin y Abby, nos íbamos a la comunidad de Leticia a dar por la tarde clases de inglés, y por las mañanas en el colegio. Cogimos un bus desde Cartagena de 1h hasta Pasacaballos, allí tomábamos una lancha durante 40 minutes por el rió hasta llegar a la comunidad. Nos quedábamos a dormir en el centro comunitario donde nos preparaban un colchón y unas mesas para poder cenar lo que la gente de la comunidad nos preparase. Y al día siguiente, después de las clases regresábamos con los profesores de vuelta a Cartagena. Era increíble ver la cantidad de gente de la comunidad que quería aprender ingles, más de 50 personas, como podréis comprender era un poco complejo poder atender a todos los niveles y a tanta gente a la vez. Decidimos hacer dos grupos, pero aun así los grupos eran muy numerosos. Pero fue un verdadero intercambio poder enseñarles un idioma a cambio de que nos enseñaran su patrimonio cultural y humano.

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Canal del Dique

Volviendo a la ciudad, Cartagena, está llena de vida, es una combinación de culturas debido a su situación geográfica se convirtió en uno de los enclaves mas importantes durante la época de los españoles y ahora es uno de los puertos mas grandes que existen en el caribe. Eso se refleja en su arquitectura, es una ciudad amurallada llena de casas con patios interiores y de todos los colores, en el carácter abierto y amable de la gente, en la variedad de músicas que se escuchan desde que te levantas hasta que te acuestas, etc… Es por eso que me quise apuntar a clases de Zumba para poder aprender un poco y saber bailar cunado sales con ellos y no hacer el ridículo.

No sería el caribe si no tuviera una playa blanca y agua cristalina, en el mismo día te puedes ir a Playa Blanca en bote por 40.000 COPS donde se incluye una visita a las islas Rosario y el almuerzo, yo decidí perder el billete de vuelta y quedarme a pasar una noche en el Parche de Alex, donde se respiraba paz y tranquilidad, por 70000 COPS duermes en hamaca. Los precios de la comida es bastante razonable: desayuno 8000 COPS, almuerzos y cenas a 12000 COPS.

Por último nos fuimos de viaje de fin de semana al festival de Jazz de Mompox, nos fuimos en el coche de Ana, sus dos hijos, Mayra, Rodrigo su novia Cata y una servidora. Aprovechamos para hacer los contactos para poder abrir otra ruta con los turistas. El pueblo se considera patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Una gran combinación de buena música en un espacio emblemático.  Allí nos recibió la abuela de Mayra en su casa y pasamos 3 días llenos de lindos recuerdos.

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