Mendoza

Después de oir sobre Mendoza durante más de tres meses, llegamos a Mendoza la capital del vino. Nos quedamos en el Itaka Hostel, un lugar con muy buena honda. Conseguimos unos precios muy buenos, ya que era temporada baja.

Ese día aprovechamos para comer, dormir y quedar con Graciela un familiar de Serena que son de Argentina, primera toma de contacto.

Al día siguiente fuimos a Correo Argentino para enviar algo de equipaje que nos sobraba, comimos en el centro, nos informamos sobre las bodegas en dos tiendas de vinos e hicimos asadito en el hostel de al lado. Barra libre de vino, ensalada y asado. Muy rico. Copichuelas y a dormir que mañana hemos quedado con Graciela para ir a ver una bodega.

Nos levantamos y hacía la Rural, una bodega que tiene un museo que expone herramientas vitivinícolas utilizados por los pioneros del siglo 19 muy bonito. El vino principal es Ruttini, un vino muy bueno. Conocimos a cuatro amigos cordobeseses que uno de ellos le lanzó a Graciela unos comentarios bonitos.

Después fuimos a Zuccardi, otra bodega totalmente diferente, muy moderna donde coincidimos con un colombiano apasionado de su trabajo que alargó la visita a la bodega como una hora más de lo establecido. Nos quedamos con el vino de la primera bodega. Pasamos un muy buen día y nos fuimos a comer al centro un super sandwich en Carmelita.

Después de comer nos despedimos de Graciela después de un día entretenido y en buena compañía.

Al día siguiente, Germán y Carolina, los rosarinos vinieron a la ciudad. Germán cariñosamente a los españoles nos llama Paraguayos, y el no lo reconocerá, pero le llegamos a ese corazoncillo, en ese pedazo de cuerpo de jugador de Rugby, de ahí que volviese jejejejeeje. Por eso y porque encontraron nuestra funda de las gafas que nos hizo mucha ilusión tanto a el como a nosotros.

El tema es que fuimos a Salentein, una bodega de unos holandeses muy bonita. Comimos juntos y lo pasamos genial, reímos, bebimos, bebimos e hicimos la visita. Coincidimos que nos gustaron mucho más los vinos de la comida que los de la visita. A parte a la guía le faltaba pasión a la hora de explicar los vinos. Compramos unas botellitas de vino para regalo y para cenar

.Volvimos a Mendoza y quedamos con Germán y Carolina para hacer un asadito y dar la oportunidad a Germán que con más calma le quedase bien el asado jejejejeje. Fuimos andando desde nuestro hostel, total solo estaba a 34 cuadras de su hotel, es decir unos 3.4 km aproximadamente, casi tres cuartos de hora. Era para hacer un poco de sitio después de la comida que habíamos degustado.

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Pasamos un rato genial, el asado quedó estupendo (aunque el que mejor nos comeremos será en Rosario no sabemos cuando), disfrutamos mucho de la compañía, charlamos mucho y nos confesamos afinidad y cariño mutuo. Son el tipo de personas que hacen que este tipo de viajes se recuerden como únicos. Son las personas las que harán que recordemos nuestro paso por estos países. Gracias chicos, os recordamos constantemente. De hecho nos estamos whatsapeando a menudo. Germán es como un papi que se preocupa. Muchos besos chicos. Mucha suerte con vuestros proyectos.

 

 

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