Nada más llegar al Chaltén, fuimos a parar al hostel Ahonikenk un lugar por 70 pesos. Parece ser que llegamos en buen momento, porque se está acabando la temporada y han bajado los precios. Teníamos la opción que nos había dado Laura, la chica de Quilmes pero se salía de presupuesto. Compartimos habitación con una pareja de japoneses lo cual son super divertidos, se ríen por todo lo que dices.
A la mañana siguiente debido a que estaba todo muy nublado, decidimos ir en tour a la laguna del desierto 175 pesos. Hicimos una vuelta por nuestra cuenta, comimos en un lugar privilegiado, donde estábamos solos. De vuelta nos mojamos los píes en una playita con el agua helada. Conocimos a Maxi un argentino de Buenos Aires que se dedica a trabajar en temporada aquí y nos explica la historia del lugar. Parece ser que era un territorio que se disputaban Argentina y Chile y los argentinos parece ser que construyeron más rápido y se quedaron con el territorio, aunque todo depende de la perspectiva, si preguntas a un chileno te dirá que es suyo y si le preguntas a un argentino te dirá lo mismo.
A la vuelta vemos la victoria del Barça contra el Manchester city en campo inglés, cenamos unos super tortellini rellenos de jamón y nos preparamos para irnos a acampar tres días, hacer el pico del Fitz Roy, el Torre y vuelta al hostel.
El primer día hicimos trekking al campamento Poincenot 2.15h donde acompamos y fuimos al mirador piedras blancas sin mochila. Tardamos 1h. Pasamos un frío increible y pusimos a prueba la carpa. Querdará en nuestra memoria la imagen de un japonés viniendo con una botella de gas y un fueguecillo preguntando «You know, you know»» sin saber el pobre como funcionaba jajajajajaajjaja. Son momentos para enmarcar, irnos a dormir a las 8 y deseando que sea la hora de desayunar, abrigados como cebollas, orinar antes de ir a dormir para que no te entren las ganas de mear a media noche con un frío infernal y una porquería de sacos que la temperatura confort son 15 grados y nosotroscon un par allí plantados, aguantando temperaturas bajo cero.
A la mañana siguiente nos levantamos y fuimos a laguna de los tres Fitz Roy 3.405m para ver el Fitz en perfecta forma. Hay gente que se está una semana y no consigue ver nada, el tiempo en la patagonia es así. De hecho subiendo el día anterior nos encontramos un israelita que era la tercera vez que subía sin éxito y nosotros a la primera ahí estamos observando esa maravilla. La verdad es que nos acompañan todos los astros, energías, dioses o como cada uno lo quiera denominar, pero están con nosotros al 100 por cien, y si no están los llamamos y utilizamos la técnica de la física cuantica (eso es tarea de Serena).
Después bajamos al campamento, desmontamos y fuimos dirección a la laguna madre e hija. Que diferente es andar con o sin mochila. Tardamos una hora en llegar y decidimos comer enfrente de la laguna con un sol espectacular y maravilloso. De hecho hay que ponerse protección porque sino te quemas enterito.
Después fuimos a Campamento Agostini en Laguna Torre, cerquita de Cerro Torre a 3102m de altitud. Ese día no pudimos ver nada, pero no pasa nada, el bonito es el Fitz. Allí coincidimos con una familia de franceses con dos niños, una de 4 años y un niño de 1 año, recorriendo Sudamerica con una motorhome. Parece ser que el hombre ya había tenido una experiencia similar en moto y cuando era soltero y quería hacerlo con su familía.
Bajamos en 2 horas y cenamos en el restaurante del hostel una pizza. En principio ibamos a hacer pasta pero de repente uno de nosotros dijo que se comería en ese momento una pizza y casualmente el otro pensaba lo mismo. Es algo que nos pasa muy a menudo, tenemos nuestras mentes conectadas. Cenamos al lado de unos chicos que al día siguiente iban en nuestra misma dirección, pero ese día no teníamos ganas de hablar y no nos atrevimos a preguntar si nos llevaban. A dormir y a hacer dedo al día siguiente.